Bob Swan, el CEO de Intel, ha confirmado durante una conferencia, que sus primeros modelos de procesadores fabricados en el nodo de 10 nm llegarán antes de terminar este año 2019. Es más, también afirmó que las primeras unidades de procesadores fabricados en su nodo de 7 nm, estarían listas para producción durante el año 2021. En esta conferencia, Swan también habló de los motivos por los que se ha retrasado tanto el nodo de producción de 10 nm, y de las lecciones que han aprendido de ello.
Los problemas que Intel ha tenido durante el desarrollo de su nodo de fabricación de 10 nm son ya legendarios. No cabe más que recordar que, inicialmente, se presupuso que los procesadores Kaby Lake serían los primeros que llegarían al mercado fabricados con ese nodo.
En cambio, hemos visto como Intel se ha visto obligada a seguir empleando su actual nodo de 14 nm, a base de ir haciéndole pequeñas mejoras. Aunque también es verdad que, previamente Intel carecía de competencia, con lo que se podía tomar las cosas «con filosofía». Sin embargo, ahora que tiene a AMD respirándole en la nuca, la situación es muy diferente para el gigante de los semiconductores.
Swan no ha tenido problemas en entonar un «mea culpa«, referido a que Intel se fijó un objetivo demasiado ambicioso a la hora de pasar de los 14 a los 10 nm. En vez de seguir la regla de la Ley de Moore, e intentar conseguir solo el doble de densidad de transistores con el salto de nodo, la compañía decidió ir más allá, e intentar conseguir una densidad de 2,7 veces. Y esto ha acabado pasándoles factura, a base de constantes retrasos.
Intel volverá a doblar la capacidad de transistores con su nodo de 7 nm
El CEO de Intel afirmaba en la conferencia, que la compañía había aprendido de sus errores a la hora de desarrollar su nuevo nodo de 10 nm. Es más, la compañía espera doblar, de nuevo, la densidad de transistores cuando comience la producción de su próximo nodo de 7 nm.
Este nodo sería el primero de la compañía que emplearía máquinas con litografía EUV, que permite una mayor precisión, frente al habitual proceso de fabricación de las obleas por inmersión.
A este respecto, hay que recordar que AMD ya lleva varios meses, donde varios de sus productos se están fabricando en el nodo de 7 nm que emplea la empresa TSMC. Y que sus nuevos procesadores con arquitectura AMD Zen 2 (los recientemente presentados AMD Ryzen 3000), son los primeros a nivel mundial que se fabrican empleando este nodo.
Por tanto, AMD tendría unos posibles dos años de ventaja sobre su gran competidor. Pero ello realmente no significa gran cosa, habida cuenta que durante ese tiempo deberá de enfrentarse con los procesadores de la gama Ice Lake de Intel.
Por el momento, Intel tiene todavía que lanzar esta gama Ice Lake al mercado de sobremesa. Hasta ahora, los únicos procesadores que se están vendiendo pertenecen al segmento de portátiles. Pero Intel todavía tiene mucho que demostrar sobre cómo será el rendimiento de estos procesadores en el entorno de escritorio.
Especialmente, tras el impresionante salto en rendimiento que ha dado AMD desde sus 12 nm hasta sus actuales 7 nm. Y teniendo en cuenta que el año que viene llegarían los procesadores AMD Zen 3, fabricados con el proceso refinado de 7 nm+.