Durante la conferencia que dio AMD en el último E3, aparte de hablar sobre sus nuevas tarjetas gráficas, la compañía presentó «por sorpresa» su nuevo procesador AMD Ryzen 9 3950X. Un modelo que, no solo montaría la friolera de 16 núcleos (y 32 hilos). Sino que también tendría las especificaciones más altas de toda la gama AMD Ryzen 3000. Pero en esta presentación también pudimos conocer su precio, que es bastante elevado. ¿Por qué hay tanta diferencia de precio entre este procesador y el modelo anterior, el AMD Ryzen 9 3900X?
Aunque la existencia del AMD Ryzen 9 3950X era poco menos que un secreto a voces para todos los entusiastas, el que más y el que menos se preguntaba cuándo AMD presentaría este nuevo modelo. Y no es para menos. Un procesador de la rama de escritorio con 16 núcleos y 32 hilos es el mismo tipo de movimiento que ya llevó acabo AMD en su momento, cuando lanzó los primeros AMD Ryzen 7 de la serie 1000. Estos procesadores ponían en manos de los usuarios toda la potencia de los procesadores Intel de la gama HEDT, pero por una fracción del precio de éstos.
Sin embargo, si algo diferenciará a los nuevos AMD Ryzen 9 3950X es que no van a ser nada baratos. Sí, por supuesto que si los comparamos con un procesador de la gama HEDT, sus 749 dólares pueden parecer una minucia frente a procesadores que pueden llegar fácilmente hasta los 2.000 dólares. Pero es que hablamos de gamas distintas de productos, con características diferentes entre sí. Y, sinceramente, un precio tan elevado tiene poca cabida en la gama de escritorio. Sobre todo, de AMD. ¿O quizás si lo tiene?
El AMD Ryzen 9 3950X requiere un proceso de binning especial
Como bien sabemos, todos los chips se fabrican en las obleas con las especificaciones del modelo más potente de la gama. Sin embargo, no todos los chips salen perfectos. Aquellos que no lo son, se les desactivan características y se convierten en las gamas inferiores. Este es el proceso que conocemos como binning de componentes. En el caso del AMD Ryzen 9 3950X, AMD ha tenido que recurrir a un proceso de binning especial, dado que para que un chiplet se pueda montar en uno de estos nuevos procesadores han de ocurrir tres cosas:
- Los 8 núcleos que componen el chiplet han de funcionar correctamente.
- Los 8 núcleos del chiplet han de alcanzar la frecuencia Boost de 4,7 GHz.
- El TDP final no puede ser superior a los 105 W que marca AMD.
Esto significa que la gran mayoría de chiplets de la oblea no van a ser capaz de cumplir estas condiciones (un Boost de 4,7 GHz todavía está lejos de la mayoría de chiplets del equipo rojo). Esto hace que se incremente el precio de fabricación del nuevo procesador de una manera bastante elevada. Aunque también hay que tener en cuenta el factor de «exclusividad» que da el tener un procesador así instalado en nuestro equipo (lo que los anglosajones llaman «bragging rights«).
No es como el caso del otro modelo de la serie AMD Ryzen 9, el Ryzen 9 3900X que, con sus 12 núcleos a 4,6 GHz, es algo más sencillo de producir. Por ello, este procesador tiene un precio de 499 dólares que, si bien es un precio elevado, si lo comparamos con el de los procesadores Intel Core i9-9900K, no es tan descabellado. Por no contar que los primeros procesadores AMD Ryzen 7 1800X costaban eso mismo.