¿Tardan ahora más los ordenadores y componentes en quedarse obsoletos?
La obsolescencia programada ha sido y es en parte un mal que asola al mundo de la tecnología en general. Pero de un tiempo a esta parte, parece que el hardware está tardando más en quedarse obsoleto que antaño, pero ¿es esto cierto? ¿se produce por la poca innovación o por un parón tecnológico real? Estando a punto de salir los procesadores Zen 2 es buen momento de reflexionar sobre este tema.
Los principales afectados son las CPUs y las GPUs
Si hay dos componentes que están ampliamente afectados por la obsolescencia son los procesadores y tarjetas gráficas, ya que por norma general son los componentes más cambiados por los usuarios. Ello conlleva en muchas ocasiones cambiar placa base y RAM para ganar un extra de rendimiento, pero en cualquier caso, esto es algo por norma secundario e influenciado por lo primero.
Dentro de las CPUs podemos encontrar tres grandes sectores: usuarios comunes y sin pretensiones de mayor rendimiento, gamers y profesionales varios. En el primer caso, la potencia es algo totalmente irrelevante, ya que el uso del PC es mínimo, realmente que tarde algunos segundos de más en realizar la tarea no es importante.
En el segundo caso, los gamers, el rendimiento es quien lo condiciona casi todo, pero para ello los motores gráficos y los juegos en sí mismos tienen mucho que decir. En el caso de los profesionales, la paralelización de los softwares utilizados suele ser muy alta, por lo que toda la potencia de más es bien recibida.
Esto deja en evidencia que en los dos primeros sectores nombrados el hardware puede no quedarse obsoleto, mientras que en el último cualquier mejora es necesaria para acortar tiempos.
¿Obsolescencia de los procesadores?
Si miramos desde un punto de vista más exhaustivo, con una CPU fetiche como fue en su momento un i7-2600K, podemos analizar los datos más fervientemente.
Aunque la mejora de rendimiento es enorme, realmente no hay una desventaja terrible, sobre todo si miramos de cerca lo que consiguen CPUs más modernas como los dos Ryzen G. En este caso, los usuarios comunes no tendrían por qué cambiar de CPU, ya que sigue siendo totalmente válida.
Desde el punto de vista de un gamer todo dependerá del juego y de su exigencia/optimización. Tomando como patrón de medida un benchmark tan representativo como Time Spy, vamos a ver cuándo puede afectar el rendimiento en juegos con dicho i7-2600K.
La diferencia entre el i7-2600K y un i7-8700K (por ejemplo) es de un 23,67% a misma GPU, por lo que en este caso pueda compensar el cambio de CPU para jugar, pero tampoco es relativamente necesario dicho cambio.
Esto evidencia que en un benchmark completamente optimizado, la mejora no ha sido muy amplia, sobre todo tratándose de una CPU con dos núcleos más y a mayor frecuencia. Al mismo tiempo nos dice que el frenazo tecnológico en el que estamos inmersos propicia que las CPU no se queden obsoletas a los pocos años, pero ¿qué pasa con las GPU?
¿Obsolescencia de tarjetas gráficas?
Las tarjetas gráficas no sufren la misma suerte, al menos de momento, la escalabilidad de rendimiento es mucho mayor de generación en generación que las de los procesadores, dejando en la estacada a modelos antiguos rápidamente.
Esto lo podemos ver con una GPU de referencia como fue la GTX 780 Ti o la gama GTX TITAN, donde es de esperar que la gama baja de las nuevas GTX 16 con la GTX 1650 Ti a la cabeza la terminen por enterrar en el baúl de los recuerdos.
Hablamos de apenas 3 generaciones y 4 años entre ellas, pero es que una RX 470 de AMD ya está por encima, con menor consumo, mayor cantidad de VRAM y mayor soporte para los Tiers actuales de DX, SM u OpenGL, por ejemplo.
Si miramos la comparación entre GTX 780 Ti, GTX 980 Ti, GTX 1080 Ti y RTX 2080 Ti veremos cómo salvo en el caso de la última, a cada generación se le ha añadiendo un rendimiento casi del 50% extra. Bien es cierto que entre los 16 nm y 12 nm de TSMC no hay mucha diferencia en cuanto a transistores y eficiencia, por lo que el salto de rendimiento siempre va a ser menor, pero ¿es posible que las mejoras de rendimiento comiencen a decrecer a cada nueva generación por la lentitud de los procesos litográficos?
HDD, SSD y SATA 3 ¿dónde está realmente la innovación?
El último caso lo tenemos con los HDD, SSD y la interfaz SATA 3, ya que, salvo mayor necesidad de espacio, poco ha cambiado el panorama en casi 10 años. Los SSD han tocado techo bajo esta interfaz y los HDD han aumentado algo su velocidad, pero se han enfocado a la capacidad, por lo menos hasta este momento.
Solo NVMe y M.2 han puesto algo de aire limpio y nuevo a todo este parón tecnológico, centrado en ampliar capacidades a menor costo que en mejorar el rendimiento. Quizás este sea el mejor ejemplo de la ralentización de dicha obsolescencia de todos los expuestos.