6 características habituales en las placas base que probablemente no necesitas

6 características habituales en las placas base que probablemente no necesitas

Juan Diego de Usera

Al que más y al que menos, le gusta que su placa base venga con el máximo número de características que pueda usar con cierta frecuencia. Sin embargo, a veces los fabricantes tienen tendencia a incluir otras características que los usuarios no vamos a poder o tener la necesidad de emplear nunca. Y esto hace que el precio de la placa base suba consecuentemente. Así que en este artículo vamos a ver cuáles son estas características y por qué no es probable que las necesitéis.

A la hora de diseñar sus productos, los fabricantes de placas base suelen incluir en las especificaciones un buen número de características que probablemente nunca tengan ningún uso productivo para la gran mayoría de usuarios. De esta manera, pueden cobrar un precio bastante superior por estos modelos y, los usuarios, solemos picar en su trampa porque «más vale prevenido que curar». Sin embargo, hay veces que, si realmente nis paramos a pensar en ello, estas son características superfluas para nuestro día a día al usar la placa base.

Características de las placas base poco útiles

Puertos de 2,5 o 10 Gb Ethernet

Aunque este tipo de puertos son capaces de proporcionar un incremento en la tasa de transmisión de datos bastante aparente (recordemos que los puertos 1 Gb Ethernet nos pueden dar un máximo teórico de 125 MB/s de transmisión de datos), la realidad es que este tipo de puertos nos son útiles en el entorno de escritorio. No solo porque nuestra conexión a Internet no puede hacer uso de tanto ancho de banda (no son muchos los ISP ofrecen conexiones de 1 Gbps) , sino que, aparte de este uso, si la quisiéramos para mover datos dentro de una red privada que tuviéramos montada en nuestra casa, también necesitaríamos que, tanto el router como el resto de componentes de la red que van a recibir los datos, así como los dispositivos donde se almacenarían, fueran compatibles con las velocidades de transmisión de datos que se podrían alcanzar dentro de esta red. Lo que supone otro desembolso económico extra.

Más de un puerto Ethernet

Continuando con el tema de los puertos Ethernet, muchos fabricantes optan por incluir más de un puerto Ethernet en sus placas base, con la excusa de emplear el Teaming con la conexión a Internet. Lo que nadie le suele aclarar al usuario es que, para poder emplear esta función de Teaming, el usuario ha de tener dos conexiones a Internet diferentes en su casa. En caso contrario, esta función no sirve de nada.

Por otro lado, siempre se podría decir que, de esta manera, una de estas conexiones puede servir como back up en caso que la conexión original deje de funcionar correctamente. Y no os faltaría razón en este aspecto. Pero, teniendo en cuenta que una tarjeta de expansión PCIe x1 con Gigabit Ethernet os puede costar menos de 15 euros, no lo vemos como una buena proposición.

Más de 6 puertos SATA en la placa base

Hoy en día, lejos han quedado los tiempos en los que todos teníamos numerosos discos duros en nuestros ordenadores personales. Pero, hoy en día, ni siquiera las cajas de ordenador que se venden tienen capacidad para almacenar tantos discos duros. Eso por no contar que también carecen de bahías de 5,25 pulgadas para la instalación de unidades ópticas en las mismas. Por tanto, a no ser que os queráis montar un servidor de tipo SOHO (Small Office, Home Office) en vuestra casa, elegir una placa base con más de 6 puertos SATA es algo absurdo, según nuestro punto de vista.

Codec premium para la tarjeta de sonido integrada

Tener un codec de sonido de gama alta puede estar muy bien. Pero solo si eres un auténtico melómano, con unas orejas privilegiadas, que eres capaz de distinguir hasta el más mínimo matiz de aquello que estás escuchando. Y, sobre todo, si tienes un equipo de sonido acorde para poder distinguir esas diferencias, especialmente en lo que respecta a los auriculares y/o altavoces. Pero si eres como la gran mayoría de mortales, con un codec de sonido de una gama algo inferior, probablemente no vas a notar la diferencia. Y si encima eres de los que emplean auriculares con sonido surround virtual, que no va a emplear el codec de la placa base nunca, con mayor motivo sobra elegir una placa base con ese tipo de codec.

Puertos para salida de señal de vídeo en la placa base

Hoy en día, casi en ningún caso se emplean las salidas de vídeo de la tarjeta gráfica integrada en el procesador. En la gran mayoría de casos emplearemos las que tiene la propia tarjeta gráfica. Especialmente si nuestra intención es jugar con ella. Pero también es verdad que, hoy en día no hay fabricantes que desarrollen placas base que carezcan de puertos de salida de vídeo en la placa base.

Y es cierto que, en el caso de los procesadores Intel que poseen gráfica integrada, tener estas salidas de vídeo como back up nos puede ayudar en caso de fallo de la tarjeta gráfica dedicada. Pero, dado que ahora a Intel le ha dado por sacar a la venta procesadores sin esta tarjeta gráfica integrada, la verdad es que en este caso, se convierten completamente en superfluos.

Refuerzos en los ranuras PCIe y en las de la RAM

Ahora los fabricantes han puesto de moda reforzar las ranuras PCIe x16 de la placa base, así como las ranuras donde instalaremos los DIMM de memoria RAM. La verdad podemos ver la utilidad de hacer esto en el caso de las ranuras PCIe, pero solo cuando vamos a instalar una tarjeta gráfica especialmente pesada. Y cuando decimos «pesada» hablamos de un modelo que pese dos kilos o más. Es decir, estamos hablando de modelos de gama muy alta de tarjetas gráficas. Sin embargo, para la gran mayoría de usuarios, esta característica nos sobra.

Por otro lado, tener esta característica en las ranuras para la memoria RAM, dado lo poco que pesan y la poca fuerza que hay que ejercer para insertarla en su correspondiente ranura, a no ser que seamos unos auténticos manazas a la hora de montarlas (en cuyo caso no deberíamos de estar montando el ordenador, en primer lugar), es algo que no vamos a necesitar.

En resumidas cuentas, todo se traduce en que debemos de elegir la placa base que tenga las características que necesitamos (o que vamos a necesitar en un futuro próximo), no aquella que tenga la lista de características más extensa (que suele ser, por lo general, la más cara).

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