El otro día os contábamos que por lo visto la arquitectura de núcleos que AMD utilizará en sus procesadores Ryzen era indivisible, por lo que solo podría haber procesadores de 4 y 8 núcleos físicos. Sin embargo, fuentes del sector han realizado un análisis técnico más profundo de lo que se sabe hasta ahora, determinando que técnica y teóricamente sí que sería posible dividir los bloques de núcleos en los procesadores Ryzen, haciendo posible la creación de procesadores de 3 y 6 núcleos.
El análisis técnico realizado por iO-Tech afirma con un 100% de precisión que los CCX que AMD usa en Ryzen son divisibles, permitiendo deshabilitar cada núcleo de manera independiente junto con su caché L2 sin tener que tocar la caché L3. De ésta manera, las posibles configuraciones de caché L3 quedarían así: 1/1 (8 MB), 1/2 (4 MB) o completamente deshabilitada, por lo que teóricamente un procesador quad-core con SMT(hyperthreading) habilitado podría fabricarse directamente desde un procesador octa-core, deshabilitando dos cores y sus correspondiente memoria caché L2 en cada uno de los CCX.
Con esto en mente, y teniendo en cuenta que en teoría todos los CCX del procesador tienen que ser idénticos en cuanto a configuración de núcleos y memoria L3, se podría crear un procesador con dos CCX de 3 núcleos y 8 MB de caché L3 habilitados, resultando en un procesador de seis núcleos y 16 MB de caché L3.
AMD siempre se ha caracterizado por tener bastante flexibilidad en cuanto a lo que ofrecen a los usuarios, y resultaba raro que la compañía no fuera a contar con versiones de 3 y 6 núcleos de sus procesadores de nueva generación. De ser efectiva ésta opción, el catálogo de AMD sería desde luego más interesante pues podrían posicionar la versión de 8 núcleos y 16 hilos por encima de los Core i7 de Intel, con su versión de 6 núcleos y 12 hilos a la par que éstos (en cuanto a rendimiento) pero a un precio más barato. Desde luego si esto se hace realidad, se pondría a Intel en una situación comprometida en cuanto a la gama alta de procesadores.
En cualquier caso esto serían buenas noticias para nosotros, los consumidores, por un lado porque tendríamos una mayor amplitud de catálogo para elegir y por otro porque presionaría a Intel para tener que ajustar más los precios de sus procesadores, así como su rendimiento. Ya veremos en qué resulta todo y cómo mueven ficha ambas compañías. De lo que no cabe duda es de que el lanzamiento de Ryzen tiene toda la atención de AMD y los usuarios, pero también de Intel.