Durante el CES 2017, Toshiba ha enseñado entre otras muchas cosas la nueva serie de SSDs NVMe en formato M.2 BG Series, la más pequeña en éste formato con unas dimensiones de solo 16 x 20 mm, bastante más pequeños que los SSDs de éste formato más pequeños del mercado actual (30 mm de longitud).
Dejando de lado el rendimiento que proporciona la interfaz PCI-Express con protocolo NVMe, una de las funcionalidades más importantes de la interfaz M.2 es que ocupan muy poco espacio y no necesitan cables, pues se pueden conectar directamente a la placa base si ésta incorpora un zócalo. Prueba de ello, es que en la mayoría de placas base el zócalo M.2 se sitúa debajo de la tarjeta gráfica, entre los zócalos PCI-Express o al lado del chipset en la zona inferior de la placa base. No ocupan espacio, no pesan nada y no necesitan cables, así que todo son ventajas, ¿no?
Pues a excepción del calor que generan y que suele producir thermal throttling así es, y de hecho cuanto más pequeños mejor. Toshiba ha llevado ésta idea hasta su límite con los nuevos BG Series, con unas dimensiones tan pequeñas que permitirán, a partir de ahora, que los fabricantes de placas base puedan integrar todavía más zócalos M.2 en la superficie de su PCB.
Toshiba ha integrado en éstos SSDs su nueva tecnología BiCS Flash, un módulo multi chip que combina la memoria Flash TLC NAND de la marca con el controlador SSD en el mismo chip, permitiendo así una considerable reducción de tamaño. Éstas unidades se comenzarán a vender a lo largo de éste 2017 en capacidades de 128, 256 y 512 GB inicialmente, pudiendo expandir su capacidad más adelante. Además el fabricante ha indicado que su coste de fabricación es reducido, por lo que podemos esperar precios bastante asequibles.
Las imágenes son cortesía de TechPowerUp.