Nvidia ha decidido subirse al carro de la realidad virtual y está desarrollando, en conjunto con la Universidad de Stanton, una nueva tecnología destinada a eliminar por completo la cinetosis (también conocida como «mareo por el movimiento») que suele ser prevalente en los dispositivos actuales de realidad virtual, tales como el Oculus VR (como ejemplo más prominente), el Samsung VR o el Google Cardboard.
La tecnología, denominada NE-LF VR (Near Eye – Light Factoring), funciona creando imágenes 4D (2D + 2D) para cada ojo que se combinarán para formar una única imagen 3D en el ojo del usuario, como contraposición a las actuales tecnologías que crean dos imágenes en 2D para crear una única imagen en 3D.
La cinetosis actualmente está presente en ciertos usuarios que son muy sensibles a como se representan las distancias y las sensaciones de movimiento en las pantallas (podéis probarlo acercándoos a vuestro monitor de manera que no veáis los bordes de la pantalla y poniendo imágenes que se muevan en la pantalla) se basa en un desacuerdo entre la sensación de movimiento que percibe el sistema ocular y la que percibe el sistema vestibular localizado en el oído interno del cuerpo humano. En el caso de los dispositivos de realidad virtual, este efecto se acrecienta dado que el usuario no se está moviendo en absoluto pero las imágenes sí que se acercan a él. El efecto es más intenso cuanto más cercana es la representación de los objetos y es debido en gran medida a la dificultad que tiene el cristalino del ojo humano para adaptarse al cambio de curvatura que requiere para poder transmitir una imagen clara e interpretable a la retina.
Para paliar esta situación, Nvidia propone el empleo de dos pantallas LCD separadas 5 mm entre sí, de manera que el cambio entre puntos de vista sea natural para el usuario. En la pantalla más próxima al usuario se representarán solo los objetos más próximos a él en detalle, mientras que el los más alejados serán difusos; por contra, la pantalla más alejada del usuario hará exactamente a la inversa: representará difuminados los objetos más próximos y en detalle los más alejados. El usuario podría mirar incluso más cerca de sus propias manos y no sentiría ningún efecto adverso al hacerlo.
La resolución de los paneles LCD es de 1280 x 800 píxeles pero la manera de representar la imagen para conseguir el efecto 3D obliga a dividir la imagen en pantalla en dos mitades, lo que hace que esta caiga hasta los 640 x 800 píxeles de resolución por cada ojo. La buena noticia es que estamos todavía ante un prototipo (de hecho no se espera su posible comercialización hasta el año 2018) y la tecnología que se está experimentando no tiene una resolución obligatoria y cada fabricante puede implementar la resolución que desee en sus paneles LCD.