Sin lugar a dudas, la gran protagonista de los últimos tiempos en el panorama de las tarjetas gráficas para PC es la AMD Radeon R9 Fury X, especialmente por la novedad que supone la inclusión por primera vez de memoria HBM (High Bandwidth Memory) y por la revolución en términos de diseño que permite la inclusión de los chips de memoria en el propio die de la GPU. En el día de hoy, que más vale tarde que nunca, os presentamos nuestro particular análisis de la AMD Radeon R9 Fury X, en el que os vamos a mostrar de primera mano los pros y contras del nuevo buque insignia de AMD.
Como bien sabéis, la Fury X de AMD ha llegado para revolucionar el mercado de las tarjetas gráficas, si bien como veremos en el desarrollo de este análisis no demasiado en términos de rendimiento, sí en términos de eficiencia, diseño y potencial. Y es que en respecto a esto último hay que tener en cuenta que la memoria HBM, como hemos explicado ya anteriormente, tiene un ancho de banda de 4.096 bit pero en la Fury X solo funciona a 500 Mhz, así que tenemos un amplio margen de mejora aquí.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS.
A estas alturas todos conocemos de sobra las características técnicas de la AMD Radeon Fury X. Finalmente el chip Fiji de AMD tiene un proceso de fabricación a 28 nanómetros igual que la generación actual, con 4.096 Stream Processors que funcionan a una velocidad de 1.050 Mhz y que son capaces de entregar una capacidad de cómputo bruto a 8.6 TFLOP/s. Incorpora 256 unidades de renderizado de textura, 64 ROPs y como bien sabéis, 4 GB de memoria gráfica HBM a través de un bus de 4.096 bits, dotando a la gráfica de un ancho de banda de memoria de 512 GB/s.
Por otro lado, necesita dos conectores PCI-Express de 8 pines para funcionar, sumando un TDP total de hasta 375 vatios.
La memoria HBM
Ya sabéis que la principal novedad de esta Fury X de AMD es la introducción por primera vez de la memoria gráfica HBM (High Bandwidth Memory), que no solo supone un salto generacional con respecto a la memoria GDDR5, sino que al integrarse en el propio chip de la GPU el bus tiene 4.096 bits, con una comunicación mucho más rápida con la GPU, y permite la creación de tarjetas gráficas mucho más pequeñas pues evita la necesidad de utilizar un PCB muy grande para poder integrar los chips de memoria en éste.
En esta imagen podéis ver lo que ocupaba hasta ahora el chip junto con los chips de memoria GDDR5 en una Radeon R9 290X.
La memoria HBM es capaz de apilarse (stacked memory), ocupando con ello menos espacio horizontal o lo que es lo mismo, proporcionando una mayor densidad de memoria. AMD ha logrado realizar esto mediante un componente llamado Interposer, un componente que logra acercar lo máximo posible los chips de memoria HBM a la GPU permitiendo unos anchos de banda mucho mayores con un menor consumo, y a su vez ocupando un menor espacio.
El apilar los chips de memoria unos encima de otros permite tener una densidad de memoria mucho mayor. Si con la GDDR5 1 GB ocupaba 24 x 28 mm, 1 GB de memoria HBM ocupa tan solo 5 x 7 mm.
En el siguiente diagrama lo podéis ver en una vista vertical, con los chips de memoria HBM puestos los unos encima de otros y el Interposer debajo de ellos distribuyendo las conexiones. Estas conexiones también son nuevas y se llaman TSV (Trough Silicon Vias) y sirven para conectar un chip de memoria HBM con el siguiente, y a su vez conectar la GPU al interposer.
Gracias a esta disposición se logra un ancho de banda de memoria muchísimo más rápido y con un enorme bus, por lo que AMD se ha podido permitir el lujo de configurar la velocidad de memoria a tan solo 500 Mhz, generando con ello menos calor y consumiendo menos energía, por lo que se aumenta mucho la eficiencia.
ANÁLISIS EXTERNO.
También conocéis de sobra el aspecto de la AMD Radeon R9 Fury X así que no vamos a andarnos con rodeos. La unidad de muestra que nos ha llegado de AMD viene embalada en una caja de gran tamaño de color negro, en cuya parte exterior únicamente encontramos el logo de la marca. Desconocemos si el producto final que llega a los consumidores o si los modelos personalizados por los ensambladores tienen el mismo embalaje.
El paquete se abre en forma de cofre, y en el interior ya podemos ver la gráfica perfectamente protegida tanto por plásticos antiestáticos en el radiador y en la propia gráfica como por el plástico acolchado que cubre todo el interior del embalaje.
En este modelo de muestra que nos ha llegado únicamente se incluían como accesorios los tornillos para anclar el radiador a una caja de PC, pero de nuevo desconocemos si el modelo comercial incluirá algún otro tipo de accesorios, aunque entendemos que sí (qué menos que un manual de instrucciones, ¿no?).
Aquí tenéis la AMD Radeon Fury X, por fin fuera de la caja. Ya aquí podéis ver los tubos, protegidos por una malla de nailon y con el conector del ventilador anclado a éstos. Es la propia gráfica la que le da alimentación tanto a la bomba como al ventilador del radiador.
En la parte frontal de la gráfica destaca sobre todo el logo RADEON en la zona izquierda (junto a las salidas de vídeo), y la tapa frontal de tacto suave que se puede poner y quitar con solo cuatro tornillos.
Detalle del logo RADEON.
La longitud total de la gráfica es de tan solo 19.5 centímetros, aunque hay que dejar unos cuantos centímetros más de margen puesto que los tubos del disipador de refrigeración líquida salen por la parte trasera. A decir verdad habría sido más cómodo que salieran por la parte superior, aunque sea junto a los conectores PCI-Express de alimentación.
La parte superior es la más interesante del exterior de la gráfica, puesto que aquí encontramos casi todo lo importante. Para empezar, destaca otro logo RADEON, pero a diferencia del que vimos antes este se iluminará en color rojo cuando la gráfica esté conectada. También, encima de éste, tenemos un pequeño switch que nos permitirá escoger entre dos posiciones (ahora lo explicamos) y a la derecha del todo los dos conectores PCI-Express de 8 pines de la fuente de alimentación. Encima de éstos también hay un conjunto de LEDs que también explicamos a continuación.
Éste es el pequeño interruptor, de dos posiciones. Como en otros modelos del fabricante, sirve para escoger entre dos BIOS (es decir, Dual BIOS) siendo la primera de ellas inviolable (no se puede modificar) para que por mucho que cometamos errores haciendo Overclock en la posición 2 del switch (la BIOS que sí se puede modificar) la gráfica nunca quede inútil, siempre podremos volver a la primera BIOS y deshacer los cambios que hayamos hecho en la segunda.
Aquí tenéis los conectores PCI-Express de 8 pines cada uno, y sus indicadores LED en la parte superior.
En la parte posterior de la gráfica, del mismo material suave que la cara anterior, encontramos una pequeña apertura protegida por un plástico naranja. Si retiramos ese plástico nos da acceso a dos interruptores que sirven para modificar el color de los LED.
- OFF/OFF: se desactiva el sistema de LEDs.
- OFF/ON: Los LED son de color rojo.
- ON/OFF: Los LED son de color azul.
- ON/ON: LEDs azul y rojo dependiendo de la carga.
Estos LED sirven para indicarnos el nivel de carga de la gráfica. Son en total 9, siendo el primero de ellos de color verde y que nos indicará si la gráfica ha entrado en reposo (tecnología ZeroCore Power).
Aquí podéis ver la imagen real.
Poco que ver en la zona inferior salvo el conector PCI-Express a la placa y una etiqueta con el número de serie.
Las salidas de vídeo consisten en tres DisplayPort y un HDMI. Como podéis ver gracias al sistema de refrigeración líquida de esta gráfica no es necesario integrar una rejilla de ventilación en esta zona.
Finalmente en la parte trasera tenemos únicamente las salidas de los tubos.
Hora de ver el radiador, y comenzamos con el ventilador. Como podéis ver tiene solo 7 aspas de bastante superficie y con una especie de «alerón» que las une casi al final de su longitud. Ésto está hecho de esta manera para que el ventilador sea capaz de crear una gran presión estática y así ser mucho más eficiente a la hora de enfriar el radiador.
En esta vista lateral podéis ver el grosor del conjunto. En la parte de abajo hay una pieza metálica que sirve de depósito de líquido refrigerante.
Detalle del grosor del depósito.
El grosor del conjunto es de 64.2 milímetros (mas unos centímetros adicionales para los tubos), así que cuidado con la caja donde vayáis a instalarlo.
Cuidado también al manipular el sistema, pues aunque los tubos son flexibles, las entradas al depósito del radiador no lo son.
Detalle.
En el lado opuesto podéis ver bien el radiador. Es del tipo más común, con láminas de aluminio por las que pasa el líquido unidas por una estructura de aluminio en zigzag. Como podéis ver cuenta con cuatro anclajes para tornillos que pueden servir tanto para anclar el radiador a la caja del PC como para instalar un segundo ventilador si queremos.
ANÁLISIS INTERNO.
Tal y como prometía AMD, el frontal de la Radeon R9 Fury X se puede poner y quitar de manera muy sencilla, tan solo retirando cuatro tornillos. Además esta operación no anula la garantía de la gráfica así que lo podéis hacer sin miedo.
Es de hecho recomendable retirar este frontal para ver de qué «generación» es nuestra Fury X, pues ya sabéis que la primera tanda que fabricaron tiene problemas de ruido en la bomba, algo que solucionaron en la segunda tirada de fabricación. Podéis reconocerlo como explicamos en éste artículo. En nuestro caso, la Fury X que nos han enviado es de la primera tanta y por lo tanto nos ha tocado la bomba ruidosa.
Hay un detalle del interior de la gráfica que me ha gustado mucho, muchísimo, y es la calidad de la soldadura de los heatpipes a los tubos. Es un trabajo impecable.
Eso sí, desmontar el sistema de refrigeración líquida integrado en la Fury X no es un trabajo fácil. Primero tendríamos que desmontar el backplate para poder acceder a los tornillos del socket, y tras retirarlos habría que tener sumo cuidado de no doblar los tubos, puesto que a partir de la soldadura son totalmente rígidos y el más mínimo descuido podría echarlo a perder todo. Nosotros decidimos no desmontarlo, pues la propia Lisa Su ya nos mostró el chip «desnudo».
TESTEO.
Instalamos la gráfica en nuestro sistema de pruebas. Como podéis ver ocupa muy poco espacio.
Apagando la luz y encendido en sistema podemos tomar esta bonita instantánea del logo Radeon iluminado.
Y claro, una muestra de los LED de potencia.
Ruido.
También hemos querido grabar un pequeño vídeo para mostraros el ruido que hace la bomba, que como hemos explicado antes nos ha tocado la «mala» y AMD ya ha solucionado este problema en nuevas revisiones de la Fury X.
El software.
Vamos allá. Aquí tenéis la captura de rigor de GPU-Z con todas las características de esta AMD Radeon R9 Fury X.
Antes de comenzar con las pruebas vamos a explicaros algunas de las opciones que en el momento de realizar nuestras pruebas estaban solo disponibles en un driver BETA, pero que AMD ahora ha puesto al alcance de todos a través del driver Catalyst 15.7 WHQL.
Especialmente útil para nosotros ha sido la funcionalidad Virtual Super Resolution, que nos ha permitido emular el rendimiento de la Fury X como si tuviéramos un monitor de resolución 4K pero sin necesidad de tenerlo. Ésto se puede habilitar en el Catalyst Control Center, en las propiedades del monitor.
Una vez habilitado, nos aparece un abanico de resoluciones mucho más amplio, incluyendo 3840 x 2160 (Ultra HD) que es una de las resoluciones que hemos utilizado para nuestras pruebas.
También nos ha resultado de especial interés otra de las opciones que estos nuevos drivers nos permiten utilizar, que es la de configurar los FPS máximos que queremos que muestre. De esta manera, ya que es absurdo dependiendo de nuestro monitor que un juego se ejecute, por ejemplo, a 200 FPS, podemos hacer que funcione a una menor tasa de cuadros por segundo para que la tarjeta gráfica esté más «relajada» y por lo tanto consuma menos y se caliente menos. Más o menos esto emula el activar la sincronización vertical en los juegos, solo que podemos escoger los FPS que nosotros queramos (en nuestro caso nos permitía hasta 120 FPS máximo).
El entorno de pruebas.
Ya sabéis que en esta web nos gusta mostraros nuestros análisis de manera que los resultados que os mostramos sean exactamente los mismos que obtendríais vosotros en vuestras casas. Por lo tanto, ni tenemos sistemas ideales con procesadores tope de gama de 1.000 euros que al final casi nadie se compra para su hogar, ni tenemos instalaciones vírgenes de Windows 10 Technical Preview (sino Windows 8.1 Pro con todas sus actualizaciones instaladas). Por lo tanto, los resultados que nosotros os vamos a mostrar son sin duda inferiores a los que podréis ver en otras webs, pero también se parecerán más a los que obtendréis vosotros en vuestros hogares si os compráis una Radeon R9 Fury X. No queremos batir récords sino mostraros la capacidad real de esta gráfica.
En esta ocasión hemos optado por nuestro sistema AMD para las pruebas, consistente en el siguiente hardware:
- AMD FX-8320E @ 5 Ghz.
- ASRock 990FX Killer.
- 2×4 GB Kingston HyperX Beast @ 1866 Mhz (perfil AMP).
- Noctua NH-D14.
- Silverstone Strider Gold S 750W.
- Kingston HyperX Fury SSD 120 Gb.
- WD Black 2 Tb.
- Cooler Master Cosmos SE.
Temperatura.
Vamos a empezar a hablar de la temperatura. Después de ver los resultados que nos ha dado la Fury X no nos cabe duda de que AMD ha acertado y mucho con el sistema de refrigeración, aprovechando que con el mismo bloque de agua refrigeran tanto GPU como chips de memoria.
La gráfica que podéis ver a continuación es el Delta de temperatura, es decir, la temperatura medida menos la temperatura ambiente, de manera que si ésta última varía durante las pruebas no afecte a la comparativa con otras gráficas. Podéis ver una diferencia abismal de la Fury X con el resto, y es que en términos empíricos no pasó de 50 grados en ningún momento.
Consumo.
Como siempre, hemos utilizado un medidor de enchufe Efergy eSocket para medir el consumo global del equipo. Solo hemos medido el consumo del sistema completo, sin monitor, y éste ha sido el resultado tanto en reposo (idle) como en Full Load (Prime95 + Furmark + HD Tune).
Como podéis ver el consumo máximo de nuestro entorno de pruebas superaba por poco los 520 vatios, por lo que para la Fury X y nuestro procesador Overclockeado lo más recomendable sería una fuente de alimentación de buena calidad de al menos 650 ó 700 vatios. Con nuestra fuente de alimentación 80Plus Gold de 750 vatios sería perfecto.
Pruebas sintéticas.
3DMark
A día de hoy no hay mejor prueba sintética para medir la capacidad de una tarjeta gráfica que 3DMark en su última versión. Dado que la AMD Radeon R9 Fury X es una gráfica de indudable gama alta, omitimos los test más básicos de 3DMark y nos quedamos solo con los tres de Fire Strike.
Tanto en Fire Strike como en su versión Extreme, la Fury X bate a todas las demás gráficas de nuestra comparativa a excepción, lógicamente, de la Radeon R9 295X2 que equipa doble GPU.
Por otro lado, hemos querido hacer aparte el test 3DMark Ultra, que como sabéis mide el rendimiento gráfico en resolución 4K Ultra HD. Éste ha sido el resultado.
Por desgracia no tenemos una GTX 980 Ti en nuestro laboratorio para mostraros el rendimiento en esta prueba relativamente nueva de 3DMark, pero comparándolo con una R9 290X y una GTX 970 ya os podéis hacer una idea de la diferencia de rendimiento y el valor añadido que nos proporciona la Fury X para jugar en estas resoluciones.Heaven Benchmark.
Es uno de los benchmarks más exigentes que emula un juego real. Hemos utilizado por supuesto los ajustes gráficos más elevados.
Y éste ha sido el resultado.
En comparativa, nos sale la siguiente gráfica.
Es sorprendente que la Fury X nos haya entregado un rendimiento muy similar a la GTX 780 Ti o la GTX 970 de NVIDIA en este test, si bien hay que decir en favor de AMD que los drivers utilizados están todavía poco pulidos, como ocurre siempre que analizamos una tarjeta gráfica recién salida al mercado.
Pruebas en juegos.
Vamos a lo que de verdad interesa, que son los juegos (quien se compre una Radeon R9 Fury X es evidentemente para jugar). Además de renovar nuestra batería de juegos con respecto a anteriores análisis (que ya iba siendo hora), hemos querido realizar las pruebas tanto en resolución Full HD como en Ultra HD utilizando la tecnología VSR de AMD.
En la siguiente gráfica podéis ver el rendimiento en FPS medios medidos con la utilidad de Benchmarking de FRAPS en títulos actuales como Battlefield Hardline, The Witcher 3: Wild Hunt o Grand Theft Auto 5. En todos los casos las pruebas han sido realizadas en resolución Full HD y con los ajustes gráficos al máximo (excepto en Tomb Raider que estaba todo al máximo pero TressFX deshabilitado).
Como podéis apreciar, la Fury X no solo bate a la R9 290X y a la GTX 970 en todos los juegos, sino que además la diferencia de rendimiento es bastante sustancial. Una pena no haber tenido un monitor FreeSync para poder disfrutarlo al máximo, pues por ejemplo en Crysis 3 sí que hemos notado un mayor efecto de stuttering que con la gráfica de NVIDIA.
En la gráfica a continuación, las mismas pruebas pero realizadas en resolución Ultra HD (virtual).
Nuevamente encontramos a la Fury X batiendo a sus dos adversarias en la comparativa, si bien es cierto que en algunos de los títulos que hemos probado sería recomendable relajar un poco los ajustes gráficos para poder tener una mejor experiencia de juego (para nosotros por debajo de 40 FPS no es una buena experiencia).
CONCLUSIÓN.
He de confesar que personalmente me ha decepcionado un poco el rendimiento obtenido con la AMD Radeon R9 Fury X, un rendimiento que sin embargo tiene un amplio margen de mejora con nuevos drivers más pulidos y mejoras tecnológicas que a buen seguro AMD ya estará desarrollando. Lo que me ha encantado de esta gráfica, por otro lado, es la innovación que supone: el integrar la memoria HBM en el propio die de la GPU permite un PCB mucho más pequeño y una solución de refrigeración integral mucho más sencilla y sobre todo efectiva, amén de que la baja velocidad a la que funciona la memoria deja un amplísimo margen de mejora que a buen seguro veremos en versiones personalizadas por los ensambaldores.
AMD ha vuelto a conseguir ser pionero en innovación. Ya lo hizo en su día con la integración de la memoria GDDR5 y ahora lo vuelve a hacer con la HBM, no solo dando un salto tecnológico sino también en diseño. Tendrán un presupuesto mucho más bajo que sus rivales, pero a día de hoy no tienen parangón en lo que a innovación se refiere.
Bravo.
PROS:
- Rendimiento muy decente.
- Integración por primera vez de memoria HBM.
- Diseño muy pequeño.
- Refrigeración todo en uno.
- Muy buenas temperaturas.
- Consumo contenido.
- Estética.
- Mejoras tecnológicas aplicables desde el primer momento (FreeSync, Mantle, VSR, etc.)
CONTRAS:
- Drivers poco pulidos de momento.
- Bomba ruidosa (solucionado en nuevas versiones, pero debemos ponerlo puesto que todavía quedan gráficas de la primera tirada de fabricación a la venta).
- No compatible con todas las cajas de PC debido a la solución de refrigeración híbrida.
- Precio (unos 720 euros).
Por todo esto, creemos que la AMD Radeon R9 Fury X se merece nuestro galardón de Oro y nuestras recomendaciones tanto por su diseño como por su rendimiento. Y aparte de esto, nuestro aplauso personal a AMD por volver a innovar. Los demás seguirán sus pasos sin lugar a dudas.