Llevamos ya bastante tiempo hablando de la hipotética GeForce GTX 1080 Ti, el próximo nuevo buque insignia de NVIDIA. Y aunque todavía no hay nada seguro (ni tan siquiera el hecho de que vaya a salir al mercado) son decenas los rumores que se concentran alrededor de ésta próxima tarjeta gráfica, pero en éste artículo no os vamos a hablar (casi) de rumores, sino de lo que podemos esperar de ésta nueva gráfica de los de verde.
Sí que vamos a hacer un inciso para ponernos en perspectiva. Parece bastante seguro que la GTX 1080 Ti existirá y que contará con 3.328 CUDA Cores, 208 TMUs y 96 ROPs, con 10 / 12 GB de memoria GDDR5X con un bus de 384 bits (los últimos rumores, bastante probables, aseguran que tendrá 10 y no 12 GB de memoria). Y hasta aquí la especulación.
Ahora queremos hablar, más a título personal que otra cosa, de lo que podemos esperar de la próxima gráfica tope de gama de NVIDIA. Está claro que la nueva generación de GPUs le ha sentado bien -al menos económicamente hablando- al fabricante, y eso a pesar de que siguen sin competir demasiado con AMD en el tema de los precios. Esto significa que la GTX 1080 Ti será una gráfica cara, y si tenemos en cuenta que la GTX 1080 ronda los 700 euros o más y que la Titan X Pascal supera los 1.300 euros, fácilmente podríamos estar ante una gráfica que ronde los 1.000 euros cuando salga al mercado (ésta es una suposición mía para ponernos en antecedentes).
¿Y quién se gasta 1.000 euros en una gráfica? Pues además de aquellos con gran poder adquisitivo, los usuarios que busquen el mejor rendimiento a altas resoluciones. Para que la GTX 1080 Ti triunfe NVIDIA tendrá que hacer que, a todas todas, los juegos puedan ejecutarse al máximo a resolución Ultra HD manteniendo 60 FPS de media, y de lo contrario será un fracaso pues ya la actual GTX 1080 puede mover la mayoría de juegos a dicha resolución y FPS solo relajando un poquito los ajustes gráficos. Esto es así.
No harán falta florituras, anuncios espectaculares ni grandes promociones. Quien se gaste el dinero que costará la GTX 1080 Ti será porque no quiere preocuparse de ajustes gráficos ni de FPS: todo a tope y a disfrutar. Al menos éste es mi punto de vista. ¿Qué pensáis vosotros?