Durante ya bastante tiempo circulaban rumores de que el fabricante japonés Sharp estaba buscando comprador, y muchos novios se habían aproximado a ésta, entre ellos el gigante Samsung. Finalmente ha sido Foxconn quien se ha llevado el gato al agua y de hecho la noticia ha llegado de la mano de Sharp, quienes han anunciado que han aceptado la oferta de la compañía taiwanesa de 6.200 millones de dólares.
Sharp Corporation es una de las compañías con más historia en el mundo de la electrónica. Fundada en 1912, la compañía posee un amplísimo catálogo de productos y, sobre todo, de patentes. A día de hoy y a pesar de ser uno de los 20 fabricantes de semiconductores más grandes del mundo y estar entre las cien primeras empresas que más invierten en I+D, las acciones y el presupuesto de la compañía cotizaban a la baja desde hacía meses, iniciando una crisis interna que llevó a la compañía a buscar soluciones económicas como la que hoy os planteamos.
Y es que resulta que a pesar de ser una compañía bastante grande (con unos 60.000 empleados) y tener importantes clientes en su cartera (por ejemplo Sharp es el encargado de fabricar las pantallas de los iPhone de Apple) la empresa había dejado de ser rentable, por lo que la directiva decidió que la compañía tenía que ponerse a disposición de posibles compradores para poder continuar en el mercado.
Como decíamos antes, a Sharp le salieron varios novios incluyendo al todopoderoso Samsung, pero finalmente ha sido Foxconn quien, con una oferta de 6.200 millones de dólares (previamente habían ofrecido 5.300 y 5.900 millones pero fueron rechazadas) se va a quedar con el 100% de la compañía japonesa. No han desvelado más detalles aparte de la cuantía de la compra, pero han anunciado que en próximos días harán un comunicado oficial en el que contarán los detalles concretos de la transacción. Es de suponer que, como suele pasar en estos casos, Foxconn mantendrá tanto el nombre como las oficinas y los empleados actuales de Sharp pero bajo una nueva directiva, aunque esto es una suposición nuestra porque es lo que suele pasar, pero nunca se sabe.